Según un estudio que ocupa esta semana la portada de la
revista Nature, la biodiversidad vegetal puede favorecer la estabilización
de los sistemas ecológicos, y ayuda a evitar el colapso irreversible cuando
aparecen perturbaciones como sequías o incendios.
El trabajo sugiere que se debe fomentar la presencia de
terrenos con distintas especies vegetales, en lugar de monocultivos, para
amortiguar esas posibles perturbaciones repentinas.
“Hemos demostrado los riesgos de la pérdida de
biodiversidad”, señala a SINC Andrew MacDougall, que ha liderado el
trabajo desde la
Universidad de Guelph, en Canadá.
La manipulación humana de las tierras lleva en muchas
ocasiones a la homogeneización de los ecosistemas, que puede estabilizar la
cosecha, pero elimina el efecto amortiguador que aporta la biodiversidad.
La acción homogeneizadora del hombre sobre estos sistemas
puede ser intencionada, como en el caso de la supresión de incendios o la
sobrepesca, o involuntaria, como es la contaminación antropogénica.
Según MacDougall, “mientras el sistema se mantiene sin sufrir perturbaciones,
no se aprecia la consecuencia de la falta de diversidad, pero cuando aparece
una perturbación, se revelan esos efectos y el sistema puede colapsar”.
Sin incendios durante
un siglo y medio
Los investigadores trabajaron durante una década en una
región de diez hectáreas que pertenece a la Organización de la Conservación de la Naturaleza de Canadá,
una zona con robles donde se han evitado los incendios durante 150 años.
El autor apunta que otros trabajos previos se habían hecho
en terrenos artificiales, mientras que este “se desarrolló en un sistema natural, demostrando la
validez de las investigaciones anteriores aplicadas a las características del
mundo real”.
El equipo quemó selectivamente distintas parcelas para
comparar áreas de con una sola especie y otras zonas que combinaban varias.
Los resultados revelaron que las primeras, aparentemente
estables, fueron después invadidas por árboles, mientras que las áreas con
mayor biodiversidad resistieron a la invasión.
Además, la diversidad afectó también a la intensidad del
fuego, que fue mayor en las zonas con una sola especie vegetal, donde se
acumula mayor cantidad de combustible.
MacDougall concluye que el nivel de biodiversidad es crucial
para la recuperación de los ecosistemas después de un incendio natural, aunque
matiza que es posible que incendios más intensos que los de esta investigación
pudieran sobrepasar la capacidad amortiguadora de la biodiversidad.
Judith Tobeñas
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