Un movimiento de la cola hacia la derecha denota una actitud
positiva; hacia la izquierda, negativa. Este sería el lenguaje «secreto»
que utilizan los perros para demostrar su actitud a sus análogos, según
un estudio publicado en la revista Current Biology y liderado por Giorgio Vallortigara, de la Universidad de Trento.
La preferencia para un lado u el otro de algunos movimientos y de los
comportamientos vinculados a ellos es un fenómeno conocido en muchas
especies animales y refleja la asimetría entre los dos hemisferios de su
cerebro.
En un estudio anterior, el mismo Vallortigara había demostrado que,
en los perros, el coleo hacia la derecha suele estar asociado a
situaciones que deberían inducir a un comportamiento de acercamiento,
tal como ocurre en presencia de su amo; el movimiento hacia la
izquierda, a uno de evitación. Este resultado encaja con la hipótesis de
que el primer tipo de conducta está controlado por el lóbulo izquierdo
del cerebro y el segundo por el derecho.
A fin de verificar si los perros son conscientes de dicha relación,
Vallortigara y sus colaboradores han analizado el comportamiento en el
movimiento de la cola de 43 mascotas de diferentes razas que observaban
imágenes de sus análogos. El análisis de sus reacciones ha demostrado
que los perros manifestaban síntomas de ansia o relajación cuando
coleaban principalmente hacia la izquierda o la derecha,
respectivamente. Finalmente, cuando no movían la cola, exhibían muestras
de nerviosismo, debido a la inmovilidad del perro representado en la
imagen.
Según los autores del estudio, es a través de este comportamiento que
una mascota interpreta la actitud de otro perro. «La asimetría puede
tener un valor comunicativo, pues constituye un indicio de una conducta
agresiva o amistosa», afirma Vallortigara. Con todo, afirma que «esto no
implica necesariamente que el movimiento de la cola represente un gesto
de comunicación».
En concreto, el meneo hacia un lado más que hacia el otro podría ser
un efecto secundario de la lateralización de las respuestas emocionales
en el cerebro de los perros. Por esa razón, «el animal podría notar más
las señales de la cola que aparecen en la región izquierda de su campo
visual, por lo que, en ese caso, el observador percibiría
mayoritariamente una actitud amigable», concluye el investigador.
El estudio del vínculo entre la asimetría del cerebro y el
comportamiento social podría resultar muy útil tanto en la práctica
veterinaria como en el adestramiento de los animales.
Más información en Current Biology.
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