Las hormigas emplean unas pocas reglas, sencillas y flexibles, para asegurarse de que el traslado de la colonia a un nuevo lugar no termine en caos, especialmente si deben recorrer una larga distancia. Un nuevo estudio, dirigido por Thomas O'Shea-Wheller, de la Universidad de Brístol, pone de relieve la gran complejidad de la conducta de las hormigas para informar de la nueva ubicación.
Los investigadores se centran a menudo en la hormiga Temnothorax albipennis para estudiar las estrategias de migración y el comportamiento de las colonias de los insectos sociales. Estas hormigas viven en cavidades rocosas en un amplio abanico de ambientes. Migran regularmente cuando hay disponibles mejores alojamientos, que pueden hallarse a una distancia de entre 1 centímetro y 2,85 metros.
La investigación muestra que las hormigas T. albipennisemplean el denominado reclutamiento o marcha en tándem (tandem running) para comunicar a los miembros de la colonia sobre un inminente traslado, y para asegurar la continuidad y la velocidad de la migración. Durante el reclutamiento, una hormiga enseña a otra el camino para dirigirse al nuevo nido y regresar de él, lo que equivale a «dar direcciones». Tras haberse presentado el nuevo lugar a cierto número de individuos, se alcanza lo que se denomina un umbral de aceptación, lo que significa que la colonia ha tomado una decisión. Después de esta lenta etapa de reclutamiento sigue la fase de traslado de la colonia, mucho más rápida, en la que las obreras transportan huevos, larvas y pupas al cobijo del nuevo nido.
En el presente estudio, O'Shea Wheller y sus colaboradores recolectaron 30 colonias de hormigas y durante una semana propiciaron que fundaran nidos en condiciones de laboratorio. Cada colonia contenía una reina, hasta 397 obreras y hasta 56 crías, entre ellas huevos y pupas. Durante una serie de ensayos, los investigadores observaron lo que ocurría cuando creaban lugares para anidar de mejor calidad a distintas distancias de los nidos ocupados por las colonias, con el fin de inducir la migración.
Se ha descubierto que las hormigas adaptan la forma de realizar los movimientos al regular su ritmo de reclutamiento o marcha, lo que depende de la distancia que hay que recorrer hasta la nueva morada. Cuanto más lejos se halla esta, más hormigas participan en esas marchas, y más idas y venidas hacen parar informar a las compañeras acerca de la nueva ubicación. De este modo, el umbral de aceptación se alcanza más rápidamente y la etapa de transporte de la colonia puede empezar pronto. Ello permite también disponer del máximo número de hormigas obreras posible para ayudar en la mudanza. De tal manera, las colonias reducen el tiempo de tránsito, y el riesgo que ello conlleva, en la migración de largas distancias.
Según O'Shea-Wheller, el proceso se produce de forma descentralizada y se rige por unas normas básicas. En concreto, las hormigas responden al ritmo de descubrimiento de una nueva ubicación, en vez de determinar directamente la distancia a ella.
«Las colonias contrarrestan la dificultad de hallar un nido distante simplemente aumentando el ritmo con el que los individuos se informan unos a otros sobre el nuevo lugar», explica O'Shea-Wheller. «Ello aumenta a su vez la velocidad del descubrimiento y contribuye a incrementar el número de obreras informadas. De este modo, la cantidad de información que reúne una colonia guarda relación con la distancia de migración, algo así como un planificador de rutas autoorganizado.»
Más información en The Science of Nature
Fuente: Springer
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