Para contar esta historia primero hay que identificar a su protagonista, lo que ya puede prevenir al lector de lo que va a venir a continuación. Semir Osmanagich, el mismo empresario metido al mundo de la arqueología que recibió hace años el escarnio y el rechazo frontal de la comunidad científica tras anunciar el hallazgo de unas pirámides en su país, Bosnia, ha vuelto a la carga. Hace unos días, mostraba el hallazgo de una esfera de piedra gigantesca semienterrada en un bosque cercano a la localidad bosnia de Podubravlje. Según el entusiasta descubridor, esta esfera podría ser la más grande fabricada por el hombre y, faltaba más, una señal más de que en la zona fue ocupada en el pasado por una antigua civilización avanzada.
Osmanagich se ha preocupado de publicitar el hallazgo con fotografías y comentarios en su blog, del que se han hecho eco algunos medios, sin esperar a una investigación mayor ni a tener resultados definitivos. Lo cierto es que menos de la mitad de la esfera está destapada, pero el empresario se aventura a especular sobre la forma y la masa del objeto. «Los resultados preliminares muestran que el radio puede estar comprendido entre 1,2 y 1,5 metros. Los materiales no han sido analizados todavía (sic). Sin embargo, los colores marrón y rojo de la esfera apuntan a un muy alto contenido de hierro. Por lo tanto, la densidad tiene que ser muy alta, cercana a la del hierro, que es de 7,8 kg/cc. Si tomamos el valor de tan sólo 5 kg/cc tenemos todos los elementos para el cálculo preliminar de la masa, que vendría a ser de unas 30 toneladas», decía.
El pseudocientífico recibió dinero del gobierno bosnio para continuar con sus investigaciones en la zona a pesar de las críticas de la Asociación Europea de Arqueólogos, que consideraban su teoría de las pirámides un «engaño cruel». El hallazgo de la esfera, para él, es una forma de reforzar sus hipótesis, las cuales, sin ninguna otra prueba más contundente, hoy por hoy se quedan en el terreno de la fantasía. «En primer lugar, sería otra prueba de que el sur de Europa, los Balcanes y Bosnia, en particular, fueron hogar de civilizaciones avanzadas desde un pasado lejano y no tenemos registros escritos sobre ellos. En segundo lugar, tenían alta tecnología, diferente a la nuestra. Por último, conocían el poder de las formas geométricas, ya que la esfera es una de las figuras más poderosas junto con la pirámide y el cono. No es de extrañar, que las pirámides y de los fenómenos túmulo también se pueden encontrar en Bosnia», dice. Ahí es nada.
Esferas de Costa Rica
Osmanagich ha proclamado en algunos medios ser un experto en las esferas de piedra de Costa Rica, famosas en todo el mundo por aparecer en la secuencia de inicio de la película «En busca del arca perdida». En la actualidad, se conoce la existencia de 300 de estas bolas de distinto tamaño (la más grande pesa 16 toneladas y mide dos metros de diámetro), elaboradas la mayoría alrededor del año 1000 (aunque hay alguna del año 600) y cuya función y origen se desconocen por completo. Los arqueólogos están convencidos de que están hechas por el hombre, pero, por supuesto, las desvinculan de fantasías sobre antiguas civilizaciones imaginarias. Encontrarse con una esfera semejante tan lejos sería una auténtica rareza, como Osmanagich debería saber.
Y es que la esfera de Bosnia podría tener una explicación completamente natural, como una erosión esferoidal, un tipo de erosión que afecta a la roca madre con el resultado de la formación de capas concéntricas o esféricas en rocas muy desgastadas, según cita la agencia EP en boca de expertos de la Sociedad Geológica.
Ignacio Clemente, arqueólogo de la Institución Milá y Fontanals del CSIC en Barcelona, cree que hay que ser muy cautos ante anuncios como este. «En las fotografías no se ve ni media esfera, no sabemos cómo es por detrás. No es tan pulimentada como las de Costa Rica y tiene grandes arañazos, lo que puede indicar que no ha sido hecha por el hombre», explica. «Habría que ver el contexto geológico, si es de basalto, por ejemplo, puede haber sido creada por la naturaleza».
Como indica Clemente, «la roca puede ser alargada por detrás y parece aislada, no sabemos si hay más de una. Hacen falta más estudios y excavaciones para llegar a una conclusión».
La esfera de Bosnia - Sam Osmanagich
J.de J para ABC.es
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