El color de los recipientes o el
material de los cubiertos pueden modificar los sabores e incluso las
sensaciones que nos producen los alimentos. Un estudio reciente ha
revelado, por ejemplo,
que el chocolate caliente puede resultar mas sabroso si se sirve en una
taza naranja o crema. En investigaciones previas se demostra, ademas,
que el mero peso de los recipientes puede propiciar la saciedad. Estos
resultados ayudan a comprender como el cerebro
integra la informacion visual, no solo de la propia comida, sino tambien
del recipiente o el envase en el que se consume.
Judith Tobeñas
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