Los cálculos cifran en 228 millones las personas que enfermaron por paludismo en 2018. Aun así, persisten incógnitas sobre el modo en que el parásito causante, Plasmodium, infecta a la especie humana a través de los mosquitos, así como sobre el aumento de la resistencia a los antipalúdicos. Las cepas del parásito intercambian sus genes cuando se reproducen sexualmente en el interior del mosquito, y las cepas mixtas resultantes infectan a las personas a través de las picaduras. Un nuevo estudio pinta un retrato pormenorizado del intercambio de genes en Plasmodium y revela que toda la diversidad genética hallada en una persona —hasta 17cepas del parásito— puede proceder de una sola picadura. El trabajo se publicó en enero en la revista Cell Host and Microbe.
El ciclo biológico dePlasmodium transcurre en parte en el ser humano y en parte en el mosquito. En este último se multiplica, proceso en el que mezcla y combina sus genes. Hasta ahora, el modo más eficaz de estudiar su diversidad genética era triturar los mosquitos y secuenciar la papilla de ácidos nucleicos. La nueva técnica permite saber si los parásitos de un paciente en concreto son fruto de la multiplicación en un solo mosquito o proceden de la picadura de varios.
Los investigadores extrajeron muestras de sangre a pacientes de un hospital que atiende a varias poblaciones de Malawi y secuenciaron el genoma de los parásitos hallados en los hematíes infectados. En los genomas entremezclados descubrieron que casi todas las infecciones estudiadas procedían probablemente de la picadura de un único mosquito.
«Gracias a la secuenciación de los genomas individuales de parásitos aislados de poblaciones de mosquitos infectados, comenzaremos a saber realmente cómo se infecta la gente», afirma Ian Cheeseman, parasitólogo en el Instituto de Investigación Biomédica de Texas y uno de los autores principales del nuevo estudio. «A veces, basta con una sola picadura para que se transmita una cantidad asombrosa de diversidad genética.»
Los resultados coinciden con las sospechas de Dyann Wirth, investigadora de enfermedades infecciosas en la Universidad Harvard, que no ha participado en dicho estudio, a raíz de una investigación precedente. Considera el trabajo como «un importante avance que permitirá ahondar en la transmisión del paludismo y la recombinación».
Esta técnica también indicará la procedencia de las infecciones. Cuando una campaña de erradicación reduzca los casos en una zona concreta, el análisis de los hematíes de las personas que sigan enfermando indicará si los mosquitos infestados proceden de lejos o son supervivientes locales, explica Edward Wenger, director de investigación sanitaria global en el Instituto de Modelización de Enfermedades en Bellevue, Washington, ajeno al estudio. El método también puede ayudar a los expertos a vigilar la proliferación de las mutaciones que confieren resistencia. La detección de esas mutaciones y su contención constituye una estrategia esencial de salud pública, si se quiere preservar la eficacia de los antipalúdicos.
Biniane Callier
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