Menos del 2% de los fósiles de la Tierra se preservan en roca volcánica, pero los investigadores han identificado uno nuevo: el cráneo de un rinoceronte muerto en una erupción volcánica hace 9,2 millones de
años. El hallazgo se describe en un artículo publicado en PLoS ONE.
El cráneo del rinoceronte
El fósil, hallado en Turquía, pertenece a un gran rinoceronte de dos cuernos común en la zona del Mediterráneo Oriental durante ese período. Según los investigadores, las características inusuales del
cráneo conservado sugieren que el animal fue «cocinado hasta la muerte»
a temperaturas que podrían haberse acercado a los 500 ° C, en un flujo
volcánico similar a la de la erupción del Monte Vesubio en Italia en el
año 79.
La espantosa muerte del
rinoceronte fue casi instantánea, seguida de una grave deshidratación
por el calor extremo de la erupción. Según describen los investigadores,
«el cuerpo se coció a una temperatura aproximada
a 400°C, entonces fue desmembrado por el flujo piroclástico y el
cráneo se separó del cuerpo». El flujo de ceniza volcánica desplazó la
cabeza hacia el norte aproximadamente 30 km del sitio de la erupción,
donde fue descubierto por el equipo de investigación.
Aunque otros
investigadores han identificado previamente fósiles de organismos de
cuerpo blando conservados en ceniza volcánica, la materia orgánica
afectada por una erupción volcánica activa se destruye rápidamente
por las altas temperaturas, lo que hace que estos fósiles sean
extremadamente raros.
Judith Tobeñas
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